17/6/25, 00:00
Productores mendocinos buscan cambiar el paradigma productivo de Cuyo
Siembra directa, intersiembras, cultivos de servicios y economía circular. Algunas de las iniciativas de la nueva Regional Aapresid Mendoza.
FOTO. En Est. Las Perdices, el socio de la Regional Mendoza, Joaquín Muñoz, participa de apuestas innovadoras como la fabricación de compost a partir de residuos de los viñedos.
La recientemente creada Regional Aapresid Mendoza, que abarca también San Juan, nace con una ambición clara: transformar la forma de producir en una zona históricamente ajena a la siembra directa (SD). En un contexto desafiante, donde el uso eficiente del agua y la degradación del suelo son preocupaciones urgentes, un grupo de productores se propuso romper el molde.
El estudiante de Agronomía Joaquín Muñoz, es uno de los integrantes de la nueva Regional y trabaja en la viña de Est. Las Perdices, en Agrelo (Luján de Cuyo), firma que hace punta en la zona con manejos innovadores que incluyen intersiembras de agropiro entre las hileras de vid y compostaje de subproductos vitivinícolas.
Intersiembras en viñedos
Desde 2010, Las Perdices incorporó agropiro perenne entre las hileras de viñedos, con impactos significativos: se logró eliminar por completo las aplicaciones de herbicidas en el entre surco, mejorar la infiltración y retención de agua en suelos arcillosos con menos del 1% de materia orgánica, y acelerar el reingreso de maquinaria luego de lluvias.
“La rusticidad del agropiro y su cobertura viva permanente nos permiten sumar servicios ecosistémicos sin comprometer la producción”, explica Muñoz. Hoy, el equipo está abierto a seguir probando nuevas mezclas de especies para ampliar beneficios.
FOTO. Las intersiembra de agropiro entre las hileras de viñedos permite eliminar uso de herbicidas, mejorar la infiltración y acelerar el reingreso de maquinaria luego de lluvias.
Compostaje vitivinícola: ejemplo de circularidad y de sinergia público-privada
La pandemia fue el punto de inflexión. Lo que empezó como un ensayo casero de compostaje, derivó en un sistema productivo a escala. “Hoy, todo el residuo generado en la finca —orujo, escobajo, podas— se reintegra como compost al viñedo”, explica Muñoz, quien lidera esta experiencia.
Cada pila de compost, de unos 100 m3 cada una, se arma con precisión: orujo y escobajo se mezclan con guano y chipeo de podas forestales, se airean mecánicamente, y se monitorean térmicamente. El resultado: una enmienda orgánica higienizada, rica en nutrientes y materia orgánica humificada que se aplica al pie de las plantas.
FOTO. Los residuos de la producción vitivinícola se reutilizan como enmienda orgánica rica en nutrientes y materia orgánica humificada
“Antes, el orujo se aplicaba fresco, pero generaba problemas de fitotoxicidad. Con el compost, logramos seguridad, eficiencia y un producto más estable”, resume Muñoz. Actualmente, ya aplican compost en todas las hileras y proyectan medir su impacto directo en el suelo.
Actualmente, el compost se aplica por medio de una tolva con cinta transportadora al pie de las plantas. Las dosis, que oscilan entre 20.000 y 40.000 kg/ha, se ajustan según el vigor del viñedo y las condiciones del suelo. Esta práctica se aplica hoy en toda la finca y se prevé en el futuro evaluar sus efectos sobre la salud del suelo.
En esa línea, la firma abrió las puertas de su viñedo para que un estudiante de la Facultad de Ciencias Agrarias de UNCuyo realice una tesis de grado, para evaluar diferentes métodos de compostaje de subproductos de bodega, con el objetivo de identificar alternativas más eficientes y sostenibles.
El estudio compara tres técnicas de aireación —una tradicional y dos innovadoras— en términos de calidad del compost, requerimientos operativos y costos.
La iniciativa es ejemplo de compromiso ambiental, cooperación institucional y de ciencia aplicada a campo y en condiciones reales de producción.
Tomate en directa
Otra de las iniciativas de la Regional Mendoza es impulsar un módulo experimental junto a la Facultad de Ciencias Agrarias de UNCuyo, en el predio de la propia institución. En una parcela de 5 ha se testean rotaciones innovadoras en siembra directa y uso eficiente del agua en cultivos hortícolas.
El manejo de la parcela arrancó con la siembra repartida de maíz dulce y maíz comercial - con destino a picado para silo y cosecha de grano - pensando en diversificar los tiempos de liberación del suelo. Luego se sembraron de forma aérea mezclas de cultivos de servicios invernales, como vicia, centeno, melilotus, colza, avena y trigo, con fines de conservación y regeneración del suelo.
FOTO. Sobre lotes de maíz dulce se siembras cultivos de servicios invernales que despues iran a transplante directo de tomate
El gran objetivo: llegar al trasplante directo de tomate para industria, sin labranza previa, aprovechando el trabajo de raíces antecesoras, cobertura vegetal y estructura mejorada. Un verdadero cambio de paradigma para la horticultura mendocina, tradicionalmente asociada a la remoción del suelo.
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