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20/2/20, 15:16

Tizón en maíz

Alternativas de manejo para la enfermedad que más golpea los maíces tardíos

Con el aumento del área sembrada de maíz tardío, el tizón foliar ha ganado relevancia. Si bien se encuentra en toda la zona maicera, afecta mayormente a maíces sembrados de noviembre a enero, en zonas más templadas y del norte del país. 

La combinación de híbridos susceptibles y condiciones ambientales predisponentes generan infecciones en estadios iniciales. Si las lesiones alcanzan las hojas cercanas a la espiga antes (desde 2 semanas) o durante floración, pueden ocasionar perdidas de rendimiento de hasta el 50%. Además, las lesiones contribuyen al desarrollo de podredumbres de tallo y raíces que también afectan el rendimiento por removilización de reservas.

El agente causal es el hongo saprófago Exserohilum turcicum (ex: Helminthosporium turcicum). Sobrevive el invierno en el rastrojo de maíz. 

La enfermedad prospera en temperaturas moderadas (entre 18 y 26 °C) y períodos prolongados de mojado foliar por lluvias o rocío (más de 6 horas). 

En cuanto a los síntomas, las lesiones iniciales se detectan en hojas inferiores como manchas pequenas y aisladas, de forma oval y consistencia acuosa, color pajizo con halo húmedo. Estas se transforman en zonas necróticas alargadas con márgenes más o menos definidos, color marrón-rojizo que avanza sobre las nervaduras. Cuando el ataque es severo, las lesiones cubren hojas enteras, que se marchitan y se rajan, causando la muerte de la planta.

Manejo: mejor prevenir…

A continuación, compartimos las estrategias más efectivas para el manejo de tizón, recordando siempre que las mejores opciones para evitar pérdidas económicas son las de prevención:

1-Híbridos tolerantes y arreglo espacial. La resistencia a tizón pude ser de tipo monogénica y/o poligénica. Si bien la combinación de ambas en un solo híbrido ofrecería la mejor protección, estos materiales en general no tienen alto potencial de rendimiento. Conviene evitar las densidades de siembra por encima de las recomendadas.

2- Manejo del rastrojo. Las prácticas que ayudan a disminuir la cantidad de rastrojo permiten reducir la concentración de inóculo y la probabilidad de infección. Se recomienda la adecuada planificación de rotaciones y evitar el monocultivo de maíz (o de otros hospederos). En sistemas de siembra directa y ambientes predisponentes se recomienda la rotación de dos anos sin maíz.

3- Uso eficiente de fungicidas. La aplicación de fungicidas foliares es una alternativa para el control en híbridos susceptibles. Para definir la necesidad de una aplicación fungicida deben evaluarse los pronósticos climáticos y factores económicos. Conviene recordar que el control fungicida debe estar siempre precedido y acompanado por todas las medidas preventivas que puedan combinarse.

El fungicida debe aplicarse mientras los niveles de enfermedad se mantienen bajos, lo que pone el acento en el monitoreo temprano.

Para la cuantificación, debe tomarse como referencia la hoja de la espiga y las inmediatas inferior y superior. El largo de la lesión es el indicador por cuantificar, donde una lesión de 1cm equivale a una (1) lesión, y una lesión de 5 cm, a 5 lesiones. El Umbral de Dano Económico (UDE) se supera con un promedio de 1 lesión/hoja en las hojas de referencia. 

En cuanto a moléculas a utilizar, estudios de Couretot et al. con mezclas de triazol y estrobilurina en V12 o en aplicaciones dobles (V12+R1), evidencian resultados satisfactorios. Conviene recordar que, cuando de fungicidas se trata, la homogeneidad de cobertura y la penetración a la base del canopeo son claves. 

 

 

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