ASOCIATE TIENDA AAPRESID |

6/7/23 00:00

Sistemas agroalimentarios: “la innovación pide innovación”

Los procesos que desatan toda nueva tecnología en el Agro están ‘en revisión’. Impacto ambiental, cambio climático, trazabilidad y tecnologías digitales son algunos de los factores que sacuden los modelos de innovación que piden un cambio después de la Se

innovacion

La forma de innovar y desarrollar nuevas tecnologías en el sector agropecuario en Latinoamérica (LA) ha evolucionado en los últimos años. Después de la Segunda Guerra, cuando muchos de los países europeos proveedores de alimentos se encontraban devastados, el objetivo de toda innovación y desarrollo se puso en aumentar la oferta de alimentos, a través del  incremento de la productividad a partir del mejoramiento genético y prácticas agronómicas que lo acompañaron, proceso que se conoció luego como la Revolución Verde. 

Según un informe del Instituto Interamericano de la Colaboración para la Agricultura (IICA), esto fue en gran parte posible gracias al trabajo conjunto de institutos nacionales de investigación agropecuaria (INIAs) como INTA en Argentina y centros internacionales, que organizaron la actividad científica y tecnológica alrededor de ese objetivo común y dieron institucionalidad para el desarrollo de tecnologías adoptables por los productores. Como resultado, LA mejoró su seguridad alimentaria e incrementó su participación en la producción mundial agrícola, convirtiéndose en una de las principales regiones exportadoras neta de alimentos.

Pero en los últimos años ha habido cambios sustantivos en el sector agropecuario, y esto necesariamente debe reflejarse en la forma de innovar. Según el mismo informe, estos cambios se dieron en varios aspectos. 

Por un lado se afianzó el concepto de “sistemas agroalimentarios”, más complejo que el de agricultura, que incorpora a nuevos actores y necesidades vinculadas a eslabones no agrícolas y a preocupaciones ambientales y nutricionales a lo largo de las cadenas bajo conceptos como el desarrollado y promovido por la Unión Europea de “del campo al plato” (o ‘farm to fork’).

Por otro lado, el cambio climático amenaza la productividad a nivel mundial: compensar las pérdidas de rendimiento de cultivos proyectadas en este contexto entre 2006 y 2050 requerirían inversiones en I+D para la adaptación de entre $ 187 mil millones y $ 1,384 mil millones. Hoy las nuevas tecnologías necesitan hacer frente a las emergentes crisis ambientales y sociales.

En la misma línea, mientras en la posguerra los temas ambientales no se consideraban relevantes, hoy se piensa en la sustentabilidad, con preocupaciones en lo referido a biodiversidad, conservación de los recursos naturales y cambio climático. 

“Estas cuestiones plantean un desafío grande para institutos como INTA,  ya que no solo se agrega la complejidad de incorporar el impacto ambiental como variable clave de cualquier innovación o desarrollo, sino que ese impacto debe analizarse bajo la mirada de sistema agroalimentario, es decir desde la producción primaria pasando por la industria hasta llegar a los consumidores”, explica Marcelo Torres, Presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), quien fue convocado para participar como referente de Argentina en la Mesa de diálogo sobre los sistemas de ciencia, tecnología e innovación (CTI) agroalimentaria de América Latina y el Caribe frente a los desafíos del 2030, liderada por IICA en su Sede Central en Costa Rica en abril pasado.

Volviendo al informe de IICA, otro de los grandes cambios que se suscitaron en el sector viene de la mano de la ampliación del espectro de desarrollo en la Ciencia, con fuertes avances en biología, tecnologías de la información y comunicación (TIC), inteligencia artificial, nanotecnología, robótica e ingenierías, áreas que hoy aportan precisión y confiabilidad a los procesos. “Estas herramientas son aliadas para la toma de decisiones, así como para dar soporte real a la menor huella ambiental de modelos productivos como el argentino y conectar con los consumidores”, agrega Torres. 

El último de los grandes cambios tiene que ver con el sector privado, que se ha convertido en responsable primario de la innovación en los sistemas agroalimentarios y han ganado protagonismo con la creciente importancia de la biología, genética, informática y otras ciencias. 

Institucionalidad, Ciencia, financiamiento y protagonismo de los productores

Ante este nuevo escenario, Torres asegura que para una evolución de la forma de innovar en el sector es necesario el fortalecimiento del sistema institucional. “El diálogo en Costa Rica sentó las bases para seguir fortaleciendo temas estratégicos del sector agroalimentario de las Américas, instalarlos en la agenda global, e identificar potenciales áreas de trabajo conjunto”, afirmó. 

De la misma forma, será clave dejar de regirnos por “creencias” y apoyarnos en la ciencia y la tecnología para impulsar innovaciones. “En el encuentro en Costa Rica, organismos como IICA y el Banco Mundial mostraron una decisión firme al respecto”

En otra línea, asegura que “cuando los adoptantes de una nueva tecnología se incorporan como parte del proceso de innovación, este se potencia”. Al apropiarse de los desarrollos, éstos contribuyen generando y expandiendo soluciones que realmente respondan a las necesidades del sistema. 

“Un claro ejemplo es el de los productores argentinos, líderes globales en la adopción de tecnologías de procesos como el  Sistema de Siembra Directa, que hoy ocupa el 90% del campo argentino. En otros países esto no se da de forma tan evidente, donde el productor suele estar al final del proceso, actuando como adoptante de todo nuevo desarrollo que viene desde otros ámbitos o actores” remarcó Torres. Es por ello que una evolución de estos modelos nos abriría oportunidades como país.

Por último, se refirió a la necesidad de rever los sistemas de financiamiento en la innovación, afirmando que “los productores tienen un rol clave, aunque así como contribuyen con los recursos económicos y las inversiones necesarias para el desarrollo de nuevas tecnologías, deberían tener más lugar para involucrarse en la gobernanza de los sistemas”.

Antes de que te vayas,
¿te gustó este contenido?

Aapresid.

¡Muchas gracias!

Hablemos!