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22/9/23 00:00

Regeneración y productividad en suelos salinos e inundables: productores que hacen punta

En el oeste bonaerense se libra una batalla silenciosa contra la salinidad y el exceso hídrico. La Chacra Aapresid América surge como indiscutible en la gestión de estos ambientes.

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Durante las épocas de lluvia, las inundaciones y anegamientos son moneda corriente. El aumento de las precipitaciones y la expansión de la agricultura hacia el oeste han transformado la estructura agrícola de la Pampa Interior (también llamada Arenosa), aumentando el riesgo de salinización del suelo. 

Frente a esta creciente problemática, un grupo de productores visionarios decidió unirse en 2020 para fundar Chacra América de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). 

Haciendo foco en la gestión integrada del paisaje de la Pampa Interior

La Chacra América nació con la misión de contribuir a la mitigación y recuperación de suelos con napas salinas mediante la aplicación de prácticas agronómicas adaptadas a estos ambientes, con el objetivo de preservar o mejorar la capacidad productiva de la región en un marco de gestión integrada.

Uno de los primeros pasos fue la identificación de ambientes a fin de plantear manejos adaptados a cada situación bajo un enfoque de gestión integrada del paisaje. Para ello se utilizaron herramientas como imágenes satelitales, medición de NDVI (Índice de vegetación de diferencia normalizada), instalación de freatímetros para medir las napas, análisis de topografía y riesgo hídrico, así como relevamientos de la vegetación natural en ambientes hidro/halomórficos, es decir, ambientes condicionados por excesos hídricos y salinidad. 

Tres ambientes: tres estrategias de manejo

Por un lado se identificaron ambientes menos problemáticos en cuanto a salinidad y excesos hídricos, pero con algún signo de deterioro, por ejemplo caídas en la materia orgánica. Para estos, se plantearon manejos superadores, basados en maximizar el rendimiento, la eficiencia de uso del agua y la salud del suelo con prácticas como la siembra directa, cultivos de servicios y una nutrición equilibrada.  

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Figura. Cultivo de servicios multiespecie rolado donde se observan los patrones de infiltración de agua, aliados claves en manejos superadores.

Otro de los ambientes identificados fueron aquellos con gran influencia de napa, donde se aplicaron manejos intensificados con el objetivo de aprovechar al máximo ese agua disponible y que esta no se convierta en un problema. Estos manejos incluyen la planificación estratégica de secuencias de cultivos, el uso de doble cultivo y cultivos de servicios. Una de las prácticas útiles para la intensificación es la siembra aérea, que permite establecer cultivos de servicio sobre cultivos de verano en desarrollo.

En estos ambientes, el ajuste de un modelo para la predicción de nivel de napa desarrollado por el experto de la Chacra Horacio Videla fue clave para asistir la toma de decisiones. “Conocer a qué altura está la napa en cada momento es fundamental para saber cómo y cuándo conviene intensificar”, explica Magali Gutierrez, Coordinadora de la Chacra América.

basechacraamerica2 Figura. Centeno sobre maíz. Las siembras aéreas son una buena práctica para la intensificación de secuencias. 

Ambientes salinos: prácticas de recuperación

El último grupo de ambientes identificados fueron aquellos de suelos degradados por alta salinidad. Allí se aplicaron estrategias de recuperación a largo plazo, centradas en cambiar la evaporación por transpiración vegetal. Una de las prácticas recomendadas fue la siembra de zonas buffer destinadas a reducir el impacto de la salinidad y anegamiento. Las zonas buffer consisten en establecer una franja de terreno en los bordes de los lotes agrícolas delimitados por NDVI que se maneja de forma diferente a la zona productiva, permitiendo mejorar las zonas periféricas con pasturas y cultivos de servicios. Allí se siembran especies tolerantes a salinidad y/o anegamiento, que actúan como barrera para proteger los cultivos y mejorar las condiciones del suelo

Otra de las prácticas para estos ambientes es el rolado como práctica de remoción de la cobertura. Este método facilita la sucesión de especies de la comunidad vegetal y tuvo un papel fundamental en la recuperación de bajos que transitaron clausuras.

No se recomienda usar herbicidas en estos suelos, principalmente residuales. Es preferible tener cobertura de malezas que estén consumiendo algo de agua y evitando el ascenso de sales”, explican desde la Chacra. 

La siembra de cultivos de servicios o pasturas tolerantes a sales e inundación es otra de las estrategias para estos ambientes, así como las siembras “a surco abierto”: “en suelos salinos, sacar las ruedas tapadoras mejora la implantación de pasturas y verdeos al reducir el efecto de “planchado” y sellado superficial que genera el sodio, facilitando la emergencia de los cultivos”, afirma el informe final de la Chacra.


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Figura. Diferencias en implantación a surco abierto y a surco tapado.

Chacra América ha demostrado que la gestión de suelos salinos no solo es posible sino esencial para garantizar la sostenibilidad de la agricultura en la Pampa Interior. Su enfoque representa un faro de esperanza y un ejemplo de cómo la innovación y un manejo sustentable pueden transformar una región.

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