2/10/20, 11:38
MaĆz y soja en ambientes con napa
La Chacra Justiniano Posse pasó por el espacio Aapresid Comunidad Digital para hablar de optimización en el manejo de maiĢz y soja Ā”No te pierdas la charla completa!
La zona que comprende la Chacra Justiniano Posse en el sudeste cordobés, fue históricamente
subhĆŗmeda, con lluvias que en general no satisfaciĢan los requerimientos de los cultivos. Pero a partir de 2013/14 la cosa fue cambiando: āpasamos de renegar por la falta de agua a lidiar con excesosā dijo Gustavo Rubio, miembro de la Chacra.
La napa se convertiĢa en un arma de doble filo: por un lado, aumenta los riesgos de saturación de los suelos, encharcamiento y salinización, pero por otro, una oportunidad para producir mĆ”s granos. El grupo se propuso ajustar el manejo de cultivos al nuevo escenario y asiĢ nació la Chacra: ālos productores planteamos las problemĆ”ticas y disenamos junto a expertos quĆ© evaluar a campoā comenta Rubio.
MaiĢz: fertilización nitrogenada y densidad
SegĆŗn explica el Coordinador tĆ©cnico de Sistema Chacras Aapresid, Alejo Ruiz, āpara producir en esta zona 10 tn de maiĢz o 4 tn de soja necesitĆ”bamos 500 mm. La napa puede aportar entre 200 y 300 mm. Con la nueva disponibilidad hiĢdrica es posible apuntar a maiĢces tempranos de 15 tn, pero para eso necesitamos mejorar la captura de otro recurso: la radiaciónā.
Para esto, la Chacra apuntó a dos variables: fertilización con nitrógeno (N) y densidad. āEl N y la densidad son determinantes para capturar radiación porque condicionan el Ć”rea foliarā, explica Ruiz.
Los resultados muestran que la dosis es la primera variable a ajustar: āen ambientes con napa, la brecha entre maiĢces sin fertilizar vs. fertilizados con 240 kg N fue de hasta 70 qq. Si bien la respuesta varió mucho entre lotes, muestra la importancia del N para aprovechar el agua disponible.ā
En cuanto al momento óptimo de fertilización, si bien los resultados son errĆ”ticos, muestran que antes de pensar en el cuĆ”ndo conviene ajustar el cuĆ”nto: āen ciertas situaciones puede haber diferencias entre aplicar el N a la siembra o en V7, pero esto depende de la distribución de las lluvias. En general, vimos que el momento fue menos importante que la dosisā.
A pesar de que todos los sitios contaban con napa ātuvimos testigos sin fertilizar con rindes de 80 a mĆ”s de 120 qq. Esto muestra las diferencias en el aporte de N de los suelos, pero tambiĆ©n pone en evidencia la necesidad de contar con indicadores que nos ayuden a predecir el aporte de N del suelo y respuesta a la fertilizaciónā. En esa liĢnea, se vio que la cantidad de nitratos a la siembra, la mineralización aparente (medida como N en planta a MF) y el antecesor pueden dar una idea de las necesidades de N en cada situación y la estrategia a elegir.
La densidad se trabajó junto con la fertilización, evaluĆ”ndose diversas combinaciones de densidad (de 50 a 130 mil pl/ha) y dosis de N (de 0 a 180 kg de N). āLo que se ve es una interacción entre variables: cuando la disponibilidad de N es buena, hay grandes respuestas a aumentos de densidad. Tal es esta sinergia que, en un manejo tiĢpico de 75 mil pl/ha y 100 kg de N, aumentos de ambas variables de forma independiente (densidad ó N) significaron subas de 4% y 2% en rinde y margen bruto (MB); pero el aumento combinado de ambas variables (95 mil pl/ha y 160 kg de N) se tradujo en subas del 11% en rinde y del 16% de MB.
El antecesor impacta sobre la dinĆ”mica del N. Por eso, el uso de vicias ā fuente de N - previo a maiĢces tardiĢos en ambientes sin napa es casi una regla para este grupo de productores.
En la bĆŗsqueda de planteos mĆ”s verdes, muchos optan por aumentar la proporción de trigo en la secuencia con hasta 2 trigos cada 3 anos en ambientes con napa. āEn estos casos conviene apostar a una buena fertilización (160-170 kg de N en aplicaciones tempranas) si se pretende ir a maiĢz āde segundaā, ya que el trigo ā por su elevada relación C/N - deja la mitad de los nitratos que antecesores como rastrojo de soja o viciaā. Esto se ve en el rinde, que en un maiĢz sobre trigo sin fertilizar puede caer a la mitad respecto de uno antecedido por rastrojo de soja.
Soja: regulando fechas de siembra
Para explorar el potencial de la soja en ambientes con napa la Chacra se enfocó en dos estrategias: siembras tempranas y dinÔmica del N.
āLa fecha de siembra (FS) es una de las variables de mayor impacto sobre el rinde. Siembras posteriores al 17 de octubre muestran caiĢdas de rinde de 35 kg/diĢa. Las siembras tempranas permiten la ocurrencia del periodo criĢtico en mejores condiciones de radiación. Se alarga el periodo de R3 a R6 y se fijan mĆ”s granosā. Los mĆ”ximos rindes se obtuvieron en FS de los primeros 10 diĢas de octubre. Esto es posible en lotes con napa, donde no se corren los riesgos de estrĆ©s hiĢdrico y tĆ©rmico, normalmente asociados a siembras tempranas. Los GM IV medio y cortos son los que mejor respondieron a estas FS.
Limitaciones de N no es algo que suela tenerse muy en cuenta en soja, pero en ambientes de alto potencial puede limitar el rinde. āUna soja de 60 qq necesita 450 kg de N. La fijación biológica aporta el 70-80%, por lo restante depende del suelo. Este no siempre puede entregar esta cantidad, y esta probablemente sea la causa de la caiĢda del rinde en sojas antecedidas por trigo/maiĢz respecto de antecedidas por maiĢz de 1ra, donde el gran volumen rastrojo de elevada relación C/N, retiene mĆ”s Nā, concluye Bardeggia.
Hoy la Chacra investiga la dinÔmica del N biológico en diferentes secuencias, el uso de enmiendas orgÔnicas y su efecto en la fijación biológica y rendimiento de soja en ambientes con napa.
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