17/10/24, 00:00
Maíz 24/25: un posible año Niña podría poner un freno a la chicharrita, pero no conviene confiarse
Con foco en las perspectivas de avance de la chicharrita en la próxima campaña de maíz, la jornada de la Regional Aapresid Laboulaye reunió a expertos y productores para compartir experiencias y nuevas herramientas de manejo integrado.
El pasado septiembre, la Regional Laboulaye de Aapresid realizó una jornada UPA en la Sociedad Rural de Laboulaye para analizar el fenómeno de la chicharrita (Dalbulus maidis) y las malezas emergentes.
El evento contó con la participación de dos expertos. Martín Asurmendi, docente de Terapéutica Vegetal en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), profundizó en las estrategias de manejo de malezas. Daniel Igarzabal, ex-docente de Manejo Integrado de Plagas en la UNC y director de Halcón, empresa de monitoreo de plagas en Jesús María, se enfocó en el control de la chicharrita para prevenir el Spiroplasma.
Chicharrita en la región central: ¿que hacemos?
Para entender qué puede pasar con la chicharrita y diseñar estrategias de manejo adecuadas, Igarzabal puso el foco en tres cuestiones: entender la dinámica poblacional de este vector, es decir, la evolución del número de individuos en el tiempo; analizar qué pasó el año pasado en la zona centro de la Argentina; y cómo hacer frente a la próxima campaña.
Igarzabal destacó la importancia de conocer los factores que determinan que una población de insectos se convierta en una plaga, entre ellos la tasa de crecimiento, el potencial reproductivo, la relación entre hembras y machos, la supervivencia de la descendencia y la capacidad de migrar.
Sin embargo, ninguna plaga crece de forma ilimitada, ya que hay factores que contrarrestan este crecimiento: el clima, la disponibilidad de alimento y el control biológico. Por lo tanto, conocer estos aspectos es clave para entender por qué la chicharrita está en ciertas zonas e identificar las herramientas con las que es posible actuar.
Qué pasó el año pasado en la zona centro de la Argentina
Para comprender la distribución espacial de la chicharrita, Igarzabal repasó sus orígenes en México, la cuna del maíz, bajo un clima subtropical. En la Argentina, el norte, por sus características climáticas, es zona endémica de la chicharrita: “Llegó en la década del 40 por dispersión antrópica”, precisó. En las zonas no endémicas, la chicharrita ha sido detectada en niveles variables.
Sin embargo, en la campaña pasada factores como un invierno templado, sumado a las altas temperaturas y lluvias de diciembre-enero, permiten explicar, en parte, la explosión de la chicharrita en la zona centro. Aunque hay controladores naturales en todo el país, no alcanzaron para frenar el crecimiento de la plaga, favorecido por el clima y la disponibilidad de cultivos y maíces guachos.
Qué esperar para la próxima campaña y cómo seguir
En este punto, Igarzabal destacó que los fitopatólogos suelen coincidir en que, una vez infectadas por Spiroplasma, las chicharritas continúan actuando como vector. El bajo o nulo impacto que vemos en los maíces tempranos se debe a que las bajas temperaturas reducen no solo el potencial reproductivo de la plaga y su crecimiento poblacional, sino también la virulencia de la transmisión.
Esto, no obstante, no implica que ante cambios en las condiciones climáticas el escenario pueda revertirse. Por ejemplo, un año Niña, asociado con un clima más seco y temperaturas más bajas, podría retrasar el crecimiento de la plaga, pero aún está por definirse su ocurrencia y pequeños cambios en las condiciones ambientales pueden generar importantes variaciones en la dinámica de la plaga. Por lo tanto, es importante no esperar a que la población avance.
En este contexto, es fundamental monitorear y cuantificar el tamaño relativo de la población para tomar decisiones a tiempo, teniendo en cuenta que los insecticidas son efectivos sólo a bajas densidades de la plaga: “A partir de 200 chicharritas contabilizadas en el cogollo de 100 plantas, la efectividad de las aplicaciones disminuye”, especificó Igarzabal.
La disponibilidad de insecticidas, el uso de curasemillas y el buen manejo de los maíces guachos permitirán minimizar el impacto de la plaga si se actúa con rapidez y precisión.
FOTO 1. La Regional Laboulaye convocó en una jornada UPA a salón a expertos y productores a compartir ideas y conocimientos sobre dos problemáticas clave: la chicharrita y las malezas emergentes.
FOTO 2. El Ing. Agr. Daniel Igarzabal puso el foco en monitorear la dinámica poblacional de la chicharrita para optimizar su control en la próxima campaña.
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