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5/9/24, 00:00

JORNADA AAPRESID EN LINCOLN: MANEJO DE MAÍCES TEMPRANOS Y TARDÍOS EN UN AÑO NIÑA

De lo general a lo particular, la jornada UPA atravesó distintas problemáticas de la coyuntura económica y climática para el agro y la siembra que se viene.

Viernes 23 de agosto de 2024 – Aapresid llevó a cabo una nueva jornada UPA en la Regional Lincoln “Gabriel Garnero”, "Cosechando conocimiento: perspectivas sobre agricultura, ganadería, clima y economía", en la Sociedad Rural de Lincoln, centrada en presentaciones relativas a estos cuatro ejes. El eje económico, a cargo del Lic. Gustavo "Lacha" Lazzari, abordó el panorama económico, destacando el plan del Gobierno y sus perspectivas a corto y mediano plazo. El eje enfocado en el clima, estuvo a cargo del meteorólogo Leonardo De Benedictis, quien analizó la tendencia 2024/2025, marcada por la amenaza de La Niña. La Ing. Agr. Miriam Barraco, del INTA Gral. Villegas, expuso sobre el eje agrícola, con alternativas de manejo para maíces tempranos y tardíos en este contexto, mientras que en el eje ganadero, el Ing. Agr. Manuel Arnaude, asesor ganadero, disertó sobre herramientas para optimizar el uso del pasto. Finalmente, se trató el tema del Spiroplasma en maíz, con recomendaciones de Agroleben para el manejo de esta enfermedad y su vector, la chicharrita Dalbulus maidis.

Alternativas de manejo de maíces tempranos y tardíos en un año Niña

Como punto de partida, la Ing. Agr. Miriam Barraco resaltó la importancia de jerarquizar los factores que afectan el rendimiento de los cultivos para diseñar un manejo adecuado. Es fundamental conocer las condiciones climáticas y edáficas de la zona: “El tipo de suelo, por ejemplo, determina la disponibilidad de agua al inicio de la campaña, y esta variable explica mejor los rendimientos que el tipo de híbrido o la fertilización”, señaló la investigadora del INTA. Por lo tanto, para tomar decisiones acertadas, es clave delimitar los ambientes según el tipo de suelo y monitorear la oferta de agua en el perfil.

Los ambientes pueden delimitarse con diferentes herramientas. Una opción es superponer las mediciones de agua del suelo con la información que brindan los monitores de rendimiento o imágenes satelitales de NVDI. En el INTA Gral. Villegas, esta delimitación permitió evaluar distintos esquemas de densidad, fertilización y fechas de siembra. Por ejemplo, en suelos de mayor productividad, se encontró que el rendimiento se maximiza con 80-90 mil plantas por hectárea, mientras que, en suelos de menor productividad, se logra con 60 mil plantas. Bajo esta menor densidad se puede usar un hibrido prolífico que permita compensar el menor número de plantas si las condiciones ambientales son buenas. 

En líneas generales, estos resultados son extrapolables a zonas como Lincoln y Gral. Pinto, donde se distinguen tres ambientes: la loma, la media loma y los suelos Thaptos, que presentan el menor contenido de arena y tienen un horizonte arcilloso enterrado a 40-50 cm. Este horizonte, al secarse, provoca un “efecto maceta” que dificulta el crecimiento de los cultivos. En estos ambientes, en años Niña, el maíz temprano resulta riesgoso, aun cuando las condiciones hídricas a la siembra sean buenas, porque el cultivo consume el agua antes de la floración, en enero, cuando la temperatura y demanda atmosférica son altas. El maíz tardío, sembrado a fines de noviembre-inicios de diciembre, se presenta como una alternativa en estos escenarios, ya que favorece la disponibilidad de agua a floración, en febrero.

Sobre fertilización, la expositora repasó los nutrientes más limitantes, el fósforo y nitrógeno. En maíz, en general, la respuesta al fósforo es muy importante, siendo el umbral de 15-16 ppm, independientemente de la disponibilidad de agua. La dosis varía según se use un criterio de suficiencia, basado en el análisis de suelo, o de reposición, que consiste en reponer el fósforo extraído por el cultivo para mantener o aumentar sus niveles en el suelo. Respecto al nitrógeno, remarcó que la dosis depende de la productividad del lote, salvo en las lomas que, aunque presentan menor potencial, si tienen agua la respuesta al nitrógeno es alta. El diagnóstico debe ser cercano a la aplicación. Una vez cubierta la demanda de estos nutrientes, adquiere relevancia la respuesta a micronutrientes, como el azufre y el zinc.

En conclusión, es importante realizar un manejo por ambiente que se base en las características del suelo. Esta diferenciación por ambientes permite optimizar las demás decisiones, desde la elección entre maíces tempranos o tardíos a la elección de la densidad de siembra. Monitorear la disponibilidad de agua y adaptar la estrategia de fertilización son herramientas claves para garantizar la productividad de los lotes en estos escenarios desafiantes.

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CUADRO. La Ing. Agr. Miriam Barraco, investigadora del INTA Gral. Villegas expuso los resultados que el INTA Gral. Villegas obtuvo al comparar los rendimientos (en kg por hectárea) de maíces tempranos y tardíos en 19 campañas. 

Jornada Lincoln - 1

FOTO 1. La Ing. Agr. Miriam Barraco, del INTA Gral. Villegas, expuso sobre el eje agrícola, con alternativas de manejo para maíces tempranos y tardíos en este contexto, mientras que en el eje ganadero.

Jornada Lincoln - 2

FOTO 2. Aapresid realizó la jornada UPA "Cosechando conocimiento: perspectivas sobre agricultura, ganadería, clima y economía", liderada por la Regional Lincoln “Gabriel Garnero”.

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