3/12/21, 00:00

Fertilización foliar, un as bajo la manga para potenciar rendimientos

Recomendaciones en maíz, soja y girasol para una herramienta que permite hacer más eficiente el uso de los nutrientes y obtener buenas respuestas en los cultivos.

Reviví Agenda Aapresid acá.

La última edición de noviembre de Agenda Aapresid puso el foco en la fertilización foliar. Una herramienta clave que permite no solo aplicar nutrientes complementarios sino también potenciar el desempeno de otros elementos como el Nitrógeno, aspecto que toma relevancia en una campana marcada por los altos costos de los fertilizantes.

Bases para una fertilización foliar exitosa

Los fertilizantes foliares son enmiendas que se aplican por vía foliar para complementar la fertilización del suelo y cubrir necesidades puntuales, principalmente de micronutrientes como Boro, Zinc y Calcio, entre otros, explicó Gabriel Espósito, docente-investigador de la Universidad Nacional de Río Cuarto. La respuesta a la fertilización foliar “va a depender de la genética del cultivo, el potencial productivo, la demanda de nutrientes, las características del suelo y las condiciones climáticas”, resumió.

Una fertilización foliar exitosa comienza con un diagnóstico adecuado. Eso implica hacer, como primera medida, un análisis de suelo previo a la siembra y, considerando oferta y disponibilidad de los elementos en el suelo versus la demanda del cultivo, realizar una fertilización sólida balanceada de arranque. Luego, el siguiente diagnóstico consiste en evaluar la sintomatología de las deficiencias de cada nutriente en el cultivo e incluso hacer análisis de tejidos foliares, aunque para esto último “hacen falta calibraciones locales de referencia”, explicó. A partir de esto, los nutrientes se deberán cubrir o corregir vía foliar planificando una aplicación. En el caso de detectar carencias de corto plazo o transitorias, se deberá actuar rápidamente mediante una intervención del momento.

Momento de aplicación según el cultivo

En maíz, en general “entre V10 (10 hojas expandidas) y hasta el momento de la floración (R1) es la ventana adecuada para la corrección o aplicación de micronutrientes que puedan estar siendo necesarios”, detalló Espósito. Con respecto a los nutrientes, “hay perspectivas promisorias para el uso de enmiendas nitrogenadas vía foliar”, al igual que fertilizaciones en base a deficiencias locales, “como ocurre en campos con carencia de magnesio en el sur de Córdoba”, agregó.

Por su parte, Gerardo Larroca (YARA) comentó que principalmente en fechas de siembras tempranas, se ven buenas respuestas a la fertilización foliar con zinc, mientras que en maíces tardíos, las respuestas son más variadas ya que la gramínea tiene una menor capacidad de compensación.

Para el cultivo de soja, Larroca detalló que “hay buenos resultados con zinc en período vegetativo y boro y calcio alrededor del período de floración, tendientes a aumentar la retención de flores y vainas”. Por otro lado, en girasol “no se debe dudar en aplicar boro por vía foliar dada la excelente respuesta del cultivo”, enfatizó.

Por otra parte, cuando se utilizan productos que combinan en su formulación la bioestimulación con la nutrición complementaria de macro y micronutrientes, hay versatilidad en el momento de aplicación, aunque “cuanto más temprano se haga, el cultivo estará más preparado para expresar su potencial y tener defensas ante cualquier situación de stress”, remarcó Fernando Sánchez (Riozobacter).

Por último, se suman ventajas desde el lado operativo ya que es posible integrar su aplicación junto con fitosanitarios. Para ello será importante asegurar la calidad de formulación del producto (que puede estar constituída por multi o mono nutrientes, sales y quelatos, o incluir bioestimulantes, hormonas y biocidas) y evaluar previamente la compatibilidad con los demás productos de la mezcla, recomendaron los especialistas.

Agenda Aapresid, conocimiento y experiencia a la hora de decidir.