29/11/24, 00:00
Estrategias de manejo frente a Commelina erecta, una que preocupa a productores y agrónomos
En una nueva testimonial de REM en General Roca, Córdoba, se compartieron resultados de ensayos con las mejores estrategias químicas para darle batalla a una de las malezas tolerantes más complicadas de los últimos tiempos.
Commelina erecta o Flor de Santa Lucía es sin dudas una de las denominadas “malezas secundarias” que más preocupa a nivel nacional, expandiéndose por casi toda la superficie agrícola Argentina. Recientemente en una jornada de la REM de Aapresid llevada a cabo en General Roca (Córdoba) se compartieron resultados de ensayos para evaluar y debatir las mejores estrategias químicas primaverales para darle batalla en Sistemas en Siembra Directa, en una región de alta presencia e impacto de esta maleza.
Situación de la Commelina a nivel país y de lote
Según los mapas de presencia de malezas resistentes y tolerantes de la Red de Manejo de Plagas de AAPRESID, la flor de Santa Lucía presentó un crecimiento superlativo en superficie en los últimos 10 años, encontrándose en más del 85% de los departamentos/partidos encuestados según el último mapeo del 2023 (Fig. 1).
Figura 1. Presencia de Commelina erecta. Fuente: Mapas REM 2023.
Esta Monocotiledónea perenne puede reproducirse a través de rizomas, como también por semillas, lo que, sumado a su tolerancia a las dosis habituales de uso de glifosato y 2,4-D, la vuelve una especie de difícil control. A nivel de lote, el avance de esta maleza suele iniciarse en manchones, generalmente cerca de los alambrados y cabeceras. Es en ese momento en donde se debe pasar a la acción, realizando controles sectorizados ya sea en forma química, como mecánica o manual (extrayendo las estructuras de perennización -rizomas y raíces-), para evitar la dispersión y su avance. Además, es importante la utilización de herbicidas residuales para evitar su dispersión en el lote.
¿Qué mostró el ensayo en Gral. Roca?
El ensayo tuvo un diseño en franjas de 50 por 2 metros, sin repeticiones, debido a que al presentarse esta maleza por manchones hacen más representativos los niveles de control y la evaluación es más certera (Fig. 2). A su vez las aplicaciones se hicieron con condiciones controladas de ensayo con mochila, pudiendo presentar a campo algunas diferencias con los resultados obtenidos.
Al momento de la aplicación, la presión de commelina no solo fue altísima, sino que su tamaño fue mayor a lo aconsejable. Esto tiene una implicancia directa en los niveles de control alcanzables ya que cuando la maleza es adulta aumenta su contenido de cera y tolera mayores dosis de herbicida.
Figura 2. Vista aérea del ensayo de control de Commelina en Gral. Roca, Córdoba.
Las estrategias fueron de un solo tratamiento (Tabla 1), y de doble golpe (Tabla 2), en donde interviene un segundo tratamiento con herbicidas desecantes 7 a 14 días posteriores a un primer tratamiento con herbicidas sistémicos. Se evaluaron tratamientos para el cultivo de soja y maíz, algunos que pueden compartir ambos cultivos, y un tercer set que se evaluó el aporte de los coadyuvantes a una dosis más baja del tratamiento testigo químico.
La base de todos los tratamientos fue la inclusión de Glifosato y 2,4-D (Testigo Químico), dos herbicidas sistémicos que actúan dentro de la planta. A eso se le adicionó uno o dos acompañantes de mayor o menor poder de quemado y/o residualidad. Para la estrategia de doble golpe se partió con la posibilidad de un quemante como paraquat como estrategia primaria, o bien tratamientos de quemado o secuenciales para evaluar otras alternativas.
Las aplicaciones del tratamiento base se realizaron el 22 de octubre. El segundo golpe se aplicó a los 15 días de aplicado el primer tratamiento. Las condiciones climáticas de fuertes vientos durante varias semanas impidió realizar los tratamientos con la maleza de menor tamaño.
Tabla 1. Detalle de tratamientos base (sin doble golpe). Fuente: REM.
Tabla 2. Detalle de tratamientos de doble golpe. Fuente: REM.
Los resultados del ensayo
Los resultados muestran que con algunos tratamientos se lograron alcanzar niveles altos de control (85-95%) (Tabla y Figura 3). Si bien el glifosato y el 2,4-D son imprescindibles como base de los tratamientos, por sí solo no alcanzan para controles efectivos, ya que a los 30 días de aplicados alcanzan apenas controles del 60%.
Si al tratamiento base se le agregan herbicidas quemantes como PPO o Glufosinato, los valores de control ascienden al 70 y 90%, destacándose entre estos a trifludimoxazin y saflufenacil, flumioxazin y saflufenacil que además pueden aportar control residual. Asulam es otro activo (carbamato) que mostró una acción inicial lenta, pero al momento de la última observación a los 30 DDA presentaba uno de los mayores niveles de control (85%). Es interesante ver la performance de las distintas alternativas en cuanto al control y al posible rebrote cuando se le da tiempo a dicha evaluación.
En todos los casos el doble golpe aportó positivamente al control de Commelina erecta. Los resultados a los 15 días de aplicados estuvieron en torno del 80 al 95%. No se debe esperar que el doble golpe sea quien solucione un mal desempeño del tratamiento inicial. Los resultados del ensayo muestran que los mejores resultados de esta estrategia se sitúan donde la aplicación sistémica de base ya hizo gran parte del trabajo.
Tabla 3. Porcentajes de control de los distintos tratamientos a los 15, 21 y 30 días después de aplicación (tratamiento base) y 7 y 15 días después de aplicación (doble golpe). Fuente: REM.
Figura 3. Porcentajes de control de los distintos tratamientos a los 30 días después de aplicación (tratamiento base) y 15 días después de aplicación (doble golpe). Fuente: REM.
Existe la posibilidad de elegir activos y rotar modos de acción. Además, teniendo en cuenta que en un lote no se encuentra una sola maleza, una paleta amplia permite elegir aquella alternativa que mejor se adapte a controles de las dos o tres malezas target que se encuentren. Por ejemplo, si a flor de Santa Lucía le sumamos rama negra, el tratamiento combinado de hormonales y ALS podría ser una muy buena opción. Si en cambio yuyo colorado aparece como una amenaza, ahí los PPO ganan terreno para el control.
Otra alternativa que resulta muy interesante es hacer uso de tecnologías en soja y maíz que permitan controles dentro del cultivo. El uso de herbicidas como 2,4-D y glufosinato de amonio en segundo tratamiento trajo resultados más que satisfactorios.
Para el caso del maíz hay moléculas que mostraron un desempeño acorde a lo esperado. Existen alternativas HPPD e inhibidores del fotosistema II, diferentes a las del cultivo de soja que deben ser tenidas en cuenta a la hora de rotar cultivos y modos de acción.
En cuanto a los coadyuvantes el aporte es sustancial para el éxito de las estrategias de controles. No se puede prescindir de los mismos si se quieren establecer controles de calidad con un ingreso acorde a la planta en los sistémicos y con logrando buena cobertura en los de contacto.
Se están planificando nuevas evaluaciones a los 45 y 60 días de aplicado el tratamiento base, para llegar a resultados más concluyentes, evaluando nuevos nacimientos y posibles rebrotes.
Caja de herramientas de manejo
Lo que indican los especialistas es que ningún tratamiento químico por sí solo alcanza sin una estrategia integrada, que priorice lo cultural sobre lo químico. Esto implica que todo tratamiento con herbicida debe ir acompañado previamente de prácticas que generen el ambiente más propicio para el cultivo y menos amigable para la maleza.
La causa principal por la cual prospera en los lotes de manera preocupante, es que no es tratada con un enfoque integral basado en la rotación de cultivos. Ya que esta especie expone su potencial donde no existe una rotación balanceada, principalmente en aquellos donde los barbechos abundan y los cultivos invernales escasean.
Los cultivos de servicios o de renta invernales son una herramienta fundamental para el manejo. Éstos limitan y retrasan los nacimientos de individuos por semilla, que de por si tienen una alta viabilidad, disminuyendo la amplitud térmica en comparación con el suelo desnudo.
Haciendo foco en el manejo químico, cuando la infestación es masiva en todo el lote es clave aplicar tratamientos químicos combinados en otoño y primavera, teniendo en cuenta la perennidad de la especie.
Para el tratamiento del barbecho de otoño luego de la cosecha del cultivo estival, y previo a las primeras heladas –un aspecto muy importante–, es clave actuar cuando las plantas aún presentan follaje verde y están en crecimiento. En esta etapa, se deben utilizar herbicidas sistémicos, como los inhibidores de ALS, que logren alcanzar los rizomas, afectando la acumulación de reservas y, con ello, el rebrote en primavera.
En primavera, por otra parte, el objetivo de control será desecar la maleza para dar tiempo al cultivo estival de cerrar el surco antes del rebrote. Si bien los herbicidas de presiembra o preemergencia disponibles para esto no son altamente eficaces en cuanto al quemado, son necesarios para controlar las camadas que nacen por semilla y que poseen alta producción y viabilidad.
Reflexiones finales
El caso de Commelina erecta pone en evidencia varios aspectos clave en el manejo de malezas tolerantes que los productores y asesores deben considerar para una gestión efectiva y sostenible:
- Un enfoque integral es imprescindible: Ninguna estrategia química, por sofisticada que sea, puede sostener resultados a largo plazo sin estar integrada en un manejo cultural y agronómico robusto. La rotación de cultivos, especialmente con cultivos invernales o de servicios, es una herramienta esencial.
- El manejo cultural como base del éxito: El monocultivo y la falta de rotaciones balanceadas favorecen la expansión de malezas como Commelina.
- Importancia de la oportunidad y planificación: Se destaca la relevancia de las aplicaciones oportunas, especialmente en el marco de estrategias de doble golpe.
- Diversificación de modos de acción y tratamientos: La rotación de modos de acción y el uso combinado de herbicidas sistémicos y de contacto demostraron ser estrategias efectivas, especialmente frente a infestaciones masivas.
- Desafíos y oportunidades: Si bien los resultados del ensayo muestran que es posible alcanzar niveles altos de control (85-95%) con estrategias bien implementadas, no se debe descansar en ellas. Existe la necesidad de continuar desarrollando estrategias, al tiempo que se capacita a los productores y técnicos sobre la implementación de nuevas tecnologías disponibles. En este sentido las aplicaciones selectivas y el uso de drones para manchoneo son una alternativa válida e interesante.
En conclusión, el manejo de Commelina erecta es un ejemplo del desafío creciente que enfrentan los sistemas agrícolas con malezas tolerantes y resistentes. Requiere una visión holística que combine tecnología, conocimiento y prácticas sostenibles para preservar la productividad de los sistemas agrícolas en el tiempo.
Para entender la biología de Commelina erecta leé esta nota
Si querés saber más de la maleza y enterarte lo que pasó en la Jornada REM no te pierdas este video:
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