ASOCIATE TIENDA AAPRESID |

3/6/24, 00:00

Achaparramiento en maíz tardío: la importancia de la elección del híbrido

La Red de Manejo de Plagas (REM) y la Red de Maíz tardío (RMT) de Aapresid estudiaron el impacto de achaparramiento del maíz sobre distintos híbridos en 11 sitios.

Spiroplasma Nota

Monitoreo de uno de los sitios de la Red de Maíz Tardío de Aapresid liderada por la REM.


En la actual campaña que se está llegando a su fin, el
complejo del achaparramiento del maíz fue la principal amenaza fitosanitaria para la producción del cultivo en el país, mientras que su vector la chicharrita (Dalbulus maidis) trepó a la fama como plaga clave del cultivo y es uno de los engranajes fundamentales de un complejo patosistema que puso en jaque al sistema productivo nacional.

 

Futuro del Achaparramiento del maíz

Ya en 2019 hubo estudios que advertían la gran adaptación de la chicharrita en prácticamente todo Brasil y norte de Argentina y que preveían su desplazamiento hacia el norte de Córdoba y Santa Fe.

Los investigadores hacían referencia a que el escenario futuro de mayores temperaturas podría aumentar la incidencia de la enfermedad en estas zonas. Lo que nadie esperaba es que este impacto en la distribución y gravedad de la plaga llegaría antes de lo que se presumía

Para enfrentar este desafío, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) trabaja en conjunto con distintos actores del sector y con otras redes temáticas de Aapresid vinculadas al cultivo de maíz, como la Red de Maíz NEA, la Red de Maíz Tardío y la Red de Maíz del Sur de Buenos Aires, todas pertenecientes al programa Sistema Chacras de Aapresid. De esta manera se busca seguir de cerca la evolución tanto del vector como de la enfermedad en diferentes regiones agroecológicas.

Más allá de prácticas individuales, como evitar la presencia de plantas guachas de maíz en los lotes, desde la REM advierten que es crucial colaborar regionalmente para coordinar decisiones conjuntas. Por ejemplo, concentrar las siembras por región (evitando el escalonamiento), recabar datos periódicos en cada lote y realizar relevamientos y controles a nivel regional.

Sobre la enfermedad

Cabe destacar que existen diferencias sustanciales de susceptibilidad entre genotipos para el achaparramiento, y que el momento de infección es determinante del tipo y severidad de la sintomatología. Los primeros síntomas se ven como clorosis en los márgenes de las hojas más jóvenes, seguido de manchas rojizas o purpúreas, amarillentas en las hojas más viejas. Las hojas jóvenes comúnmente manifiestan rayas cloróticas en su base, que después se vuelven púrpuras en los ápices.

Sin embargo, los síntomas se hacen más visibles cerca de la floración masculina. Se pueden ver plantas mal desarrolladas, por el acortamiento de entrenudos y espigas estériles, macollos o enraizamiento excesivo. Los granos, muchas veces se reabsorben y/o pierden peso, siendo el llenado de grano el período de mayor afección.

La pérdida de rendimiento dependerá de múltiples factores: patógenos del complejo presentes, presión del vector, “solapamiento” de ciclos de los cultivos, susceptibilidad del genotipo empleado, condiciones ambientales, tiempo de incubación de la enfermedad, estadio fenológico del cultivo y las medidas de control aplicadas.


Qué mostraron los sitios evaluados de la Red de Maíz Tardío

La Red de Maíz Tardío de Aapresid (RMT) comprende una amplia región experimental que se divide en subzona norte y subzona sur. Su objetivo central es evaluar el desempeño de distintos híbridos en cuanto a adaptación, estabilidad, potencial de rendimiento y perfil sanitario.

En relación a lo último, y dada la relevancia que tomó el complejo del achaparramiento del maíz en el escenario de enfermedades, la Red incorporó evaluaciones de incidencia y severidad de esta enfermedad en su abanico de contextos productivos.

Foto-2

Jornada de la Red de Maíz Tardío en el sitio Del Campillo.

Las evaluaciones se realizaron entre R4 y R6 e incluyeron el monitoreo de la sintomatología del complejo de achaparramiento del maíz que presentaban los materiales: SPS 2743 VIP3, SPS 2615 VIP3, DUO 2-35 PWU, NXM 5122 PWUE, NXM 1122 PWUE, ACA 476 TRE, GROBO 1924 THS, BRV 8421 PWUEN, BRV 8472 PWUN, BRV 8380 PWU, NK 855 VIP3, NK 842 VIP3, NK 835 VIP3. El monitoreo se hizo en 11 sitios: Paraná, Videla, Rafaela, Chilibroste, Villa Cañas, Río Tercero, Monte Cristo, perteneciente a la subzona norte; y Adelia María, Del Campillo, Pehuajó, Quenumá a la subzona sur.

Para la estimación de incidencia (%) se evaluaron en la región central de la franja de cada híbrido 50 plantas consecutivas y se registró la presencia o ausencia de síntomas de la enfermedad (50 plantas en total/híbrido). Para severidad se asignó un valor de 0 a 4,según el grado de daño de acuerdo con la escala de evaluación que se muestra en las imágenes (Oleszczuk et al., 2015): 

 

Sintomatologi?a spiro
Imagen: estimación de severidad por achaparramiento de grado 0 a 4. Grado 0: sin síntomas, Grado 1 (G1): hojas con bordes rojizos o amarillos. Planta y espiga de tamaño normal. Sin fallas de fecundación; Grado 2 (G2): hojas con estrías cloróticas. Planta de altura normal; Grado 3 (G3): planta con hasta un 30% de achaparramiento (leve); Grado 4 (G4): planta con más del 30% de achaparramiento (severo).


La fecha de siembra utilizada en los diferentes sitios está definida por la disponibilidad del productor, cultivo antecesor y manejo del establecimiento. Entre las dos subzonas de la red hubo variabilidad de fechas de siembra.

Una cuestión relevante cuando se analiza la problemática, es que el impacto de la enfermedad estuvo supeditado al atraso de la fecha de siembra, evidenciando un impacto notablemente mayor en los maíces más tardíos. Esta observación es a escala regional y a modo descriptivo, ya que la fecha de siembra en cada sitio está definida por el productor, y por lo tanto, no fue posible comparar el impacto del achaparramiento según diferentes fechas de siembra en un mismo sitio para los híbridos de la red.

La segunda y gran conclusión es que los resultados por sitios se pueden agrupar en tres grandes grupos de acuerdo con la magnitud del daño, tanto en incidencia como en severidad. 

Un primer grupo de sitios incluyó Paraná, Videla y Rafaela , y coincidieron en que la incidencia fue del 100% y la severidad máxima (Grado 4) y donde los materiales no llegaron a ser evaluados a cosecha ya que los cultivos se perdieron. Un caso particular de análisis es Chilibroste, donde la incidencia fue del 100% pero donde existen diferencias en la severidad de la sintomatología para los distintos materiales.

Un segundo grupo, y en el cual vale la pena hacer un análisis en profundidad, son aquellos sitios donde existe un grado de incidencia y severidad y el impacto de la enfermedad no fue extremo. Es el caso de: Villa Cañas, Adelia María, Río Tercero, Monte Cristo y Del Campillo. 

En un  tercer grupo -también extremo en cuanto a daño y severidad-, se encuentran Pehuajó y Quenumá, ambos pertenecientes a la subzona sur.  En ambos sitios, no se evidenció daño de achaparramiento, o el mismo fue muy bajo para todos los híbridos evaluados.

Achaparramiento Incidencia RMT

Figura 1. Valores de incidencia (1=100%) de la enfermedad a través de todos los sitios evaluados, tanto en la subzona norte (izquierda) como sur (derecha).

Achaparramiento RMT

Figura 2. Valores de severidad de la enfermedad (grado 0 a 4) a través de todos los sitios evaluados, tanto en la subzona norte (izquierda) como sur (derecha).

Como tercera conclusión del estudio, no se vieron diferencias significativas en el desempeño de los híbridos evaluados ante la manifestación de la enfermedad, si bien cabe destacar que los comportamientos de los materiales fueron desiguales, lo que puede evidenciarse en la dispersión de los resultados de incidencia y severidad dentro de los sitios. 

Es importante remarcar que este análisis estuvo sujeto solamente al monitoreo de la sintomatología evaluada y no a un análisis de rendimiento comparativo de la RMT, estudio que resulta vital para evaluar el desempeño de los materiales, pero que se generará cuando se cosechen la totalidad de los sitios. 

Frente a un futuro con muchas incertidumbres, enfatizamos la importancia de la colaboración entre productores, empresas, la ciencia y el Estado, así como la necesidad de mejorar la oferta genética de maíz. “La difusión de información, el trabajo en red y la adopción de medidas proactivas son la clave para encontrar soluciones efectivas y sustentables”, sostienen desde la REM.

Antes de que te vayas,
¿te gustó este contenido?

Aapresid.

¡Muchas gracias!

Hablemos!