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Aapresid en el Foro global de agricultura y alimentos
Durante el mes de enero, una socia Aapresid viajó a Alemania y participó del Global Forum for Food and Agriculture (GFFA) para llevar el modelo de una agricultura sustentable y seguir posicionando a Argentina ante el mundo.
De la mano de Isabel Lizaso, Aapresid dijo presente en la GFFA en un panel sobre Desafíos y oportunidades para Sudamérica para establecer cadenas de abastecimiento resilientes. Del mismo participaron Ana Caroline Zimmermann, productora ganadera de Brasil, Jorge Sellare, economista de la Universidad de Wageningen y Hendrik Schulze-Düllon, Market research de CLAAS Group.
El pasado enero de 2024, se desarrolló en Alemania el Global Forum for Food and Agriculture (GFFA), un evento organizado por el Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura (BMEL) en cooperación con el Senado de Berlín y Messe Berlin GmbH.
En el marco de este evento, alrededor de 2000 invitados internacionales discutieron los sistemas alimentarios del futuro y cómo estrechar colaboraciones para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Siendo que es clave que la voz del productor esté representada en estos espacios de discusión, Aapresid impulsa una activa participación en foros internacionales para posicionar la agricultura de Argentina como aliada estratégica en el desarrollo de modelos productivos sustentables y capaces de contribuir a los desafíos globales vinculados a la producción de alimentos.
Como consecuencia de esto, la Institución se hizo presente de la mano de M. Isabel Lizaso, productora Aapresid del Sur de Buenos Aires y miembro de la Comisión Directiva y Vocal Suplente de la institución, quién expuso ante un gran auditorio, las bases del Sistema de Siembra Directa y sus implicaciones en los modelos productivos de Argentina, como así también, su contribución a la mitigación del cambio climático.
Desde el programa Internacional de Aapresid (PAI), aseguraron que “ocupar un lugar en este tipo de eventos, en representación del agro argentino, es clave para asegurar que las decisiones que se tomen, tengan en cuenta el rol de la agricultura como parte de la solución a los problemas globales y al del productor como protagonista en la transición hacia sistemas alimentarios más sustentables”.
Además, ampliar las redes de innovación colaborativa con nuevos países, es estratégico para forjar alianzas entre agricultores, investigadores, empresas tecnológicas y la comunidad que promuevan la adaptación de los sistemas productivos a las características ambientales y culturales de cada región, y contribuir así, a la creación de sociedades que aprenden.
Cabe destacar que el evento se desarrolló en un contexto de tensión entre los agricultores de varios países de Europa que se vienen manifestando en contra de regulaciones de la UE - como el Pacto Verde Europeo - que se limitan a poner fuertes restricciones a la actividad sin contemplar herramientas y medios que los ayuden a ser ellos mismos quienes lideren la transmisión hacia una agricultura más sustentables.
Foto. Los más de 1.000 tractores que marcharon en Berlín en protesta contra el gobierno.
“Llegué cuando finalizaban las protestas de tractores en Berlín. Creo que hay una visión sesgada y crítica del sector agropecuario en general. Me impactó la vehemencia con que se fomentan leyes y regulaciones muy difíciles de aplicar, aún con las tecnologías e innovaciones disponibles. Sobre todo, porque la población mundial aumenta fuertemente y tenemos la responsabilidad de producir más y mejores alimentos para satisfacer esa demanda”, advirtió Lizaso.
“Aapresid tiene mucho que aportar en agricultura sustentable. En un país con permanentes cambios en las reglas de juego cambiarias, legales, impositivas, el agricultor se ha transformado en un experto en producir en condiciones desfavorables. A esto debemos añadir que es el país con mayor adopción de Siembra Directa”. Además agregó, “nuestra manera de reunirnos en grupos de trabajo basados en distintas regionales es un ejemplo para el mundo.”
En esta línea, se destacan los compromisos que asumieron los distintos países en continuar la transformación necesaria hacia sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles y, en consecuencia, resilientes. Así también, en apoyar prácticas agrícolas que fortalezcan la producción sostenible de alimentos, que a raíz de las crisis climática y de biodiversidad, han desestabilizado al mundo.
Un manejo ejemplar de mínima huella de C
Durante el panel, Isabel compartió con la audiencia su experiencia de producción de baja Huella de Carbono que lidera en su establecimiento en la zona de Guaminí, al Suroeste de Buenos Aires.
Su campo está bajo siembra directa hace 20 años y, hasta hace 6 años, utilizaba cultivos de cobertura en casos puntuales, solamente con la finalidad de cubrir el suelo y evitar la evaporación de agua.
Isabel sabía que había mucho por mejorar, aunque no tenía muy en claro cómo. “Mi primera acción fue contratar un servicio de ambientación y hacer muestreos de suelo georreferenciados. A esto se sumó más tarde las imágenes satelitales para evaluar la evolución de cultivos y hacer prescripciones de siembra y fertilización según el ambiente”.
“Sin embargo, todo cambió cuando me invitaron a sumarme a la Regional Guaminí -Carhué. Por primera vez escuché sobre Cultivos de Servicio (CS). Fueron años de mucha escucha y lectura: podcasts; intercambios con socios de la Regional, revista; jornadas y charlas”, agregó.
Este aprendizaje ayudó a Isabel a sacar el máximo provecho a las herramientas que había incorporado, y por lo tanto, mejorar la eficiencia y la toma de decisiones. “Aprendí que los cultivos de servicios tienen un potencial enorme pero que es fundamental conocer previamente qué servicios le vamos a pedir”. Estos cultivos fueron aliados para intensificar rotaciones, llevando la secuencia trigo/soja - maíz -soja a otra de trigo/soja - v. villosa+raigrás/maíz - v. villosa+raigrás/soja. En seguida vinieron las siembras de estos CS con avión sobre maíces en pie, tempranos y tardíos.
“El N que iba quedando disponible en el suelo luego de que el maíz terminara su madurez, ya era capturado por el CS que actuaba como una caja de ahorro para devolverlo en los cultivos posteriores. Seguía habiendo actividad biológica a raíz del desarrollo de raíces vivas, mientras el maíz ya estaba entregado”, explica la productora.
Foto: Cultivo de Servicio de Raygrass sembrado con avión sobre maíz en pie.
Los resultados de esta batería de mejoras se vieron a los pocos años. Mejor control de malezas, mayor aporte de nutrientes vía fertilización biológica, eficiencia en la inversión en semilla y fertilizantes, cultivos de renta más estables y resilientes. “Un suelo estable y un cultivo bien nutrido son la combinación perfecta ante variaciones climáticas que no son controlables”, asegura.
Pero decidió ir por más, y evaluar si esta optimización del manejo también impactaba en lo ambiental. Con el respaldo de Carbon Group midió el balance de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la huella de carbono de sus planteos productivos.
Los resultados mostraron que en promedio para 5 años, y para todos los cultivos sembrados, se emitieron 50,6 Kg CO2eq por cada tonelada de grano cosechado, un 80% por debajo de la media obtenida por otro estudio realizado por la consultora.
Los valores están también un 80% por debajo de la huella de C nacional para cultivos como soja, trigo y maíz (medida por organismos como CONICET-INTI-INTA, Maizar y Argentigo), si se consideran los aumentos en la captura de carbono en suelo que logra la productora con sus planteos sin labranza y de actividad fotosintética casi permanente.
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