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Mitos y verdades sobre carne bovina, cambio climático y nutrición
Sala:
En un contexto donde los movimientos “anti-carne” cobran cada vez más fuerza, conversamos acerca de los mitos y verdades atrás de estos discursos. ¿Deberíamos dejar de comer carne? ¿Cuál es la mejor dieta? ¿Puede la carne ser parte de un sistema alimentario sostenible? En esta nota vas a encontrar todas las respuestas.
En un mundo cada vez más
polarizado, donde es todo o nada, el movimiento “anti-carne” ha tomado un
impulso cada vez mayor y hoy en día es común culpar a la carne de todo, desde
el cáncer hasta el calentamiento global. Los problemas ambientales y de
seguridad alimenticia están a la vista de todos, ¿pero puede ser que se esté
usando injustamente al ganado como chivo expiatorio? Para discutir acerca de
esto y mucho más, Aapresid convocó a Diana Rogers, una de las principales influencers,
defensoras y educadoras a cerca del rol de la producción de carne en nuestra
sociedad y la importancia de las proteínas cárnicas para la dieta.
Diana Rodgers, es una
nutricionista que promueve las dietas basadas en "alimentos reales",
autora y defensora de la sustentabilidad. Vivió y trabajó durante 18 años en
una finca orgánica, donde dio sus primeros pasos en este camino. Dirige una
práctica de nutrición clínica, presenta el podcast de platos sostenibles y
habla internacionalmente sobre nutrición humana, sostenibilidad, bienestar
animal y justicia social. A pesar de ser muy joven, Diana ha escrito dos libros
y ayudó a producir el cortometraje Soft Slaughter, que ganó un premio de
los medios de comida real. Su trabajo ha aparecido en Los Angeles Times,
The Boston Globe, Edible Boston y To Market. Es productora
y directora de la película Sacred Cow y coautora del libro Sacred Cow.
En contraposición a los discursos
que plantean que el consumo de carne es perjudicial para la salud y promueven
los alimentos alternativos como equivalentes nutricionales, Diana defiende que
esto es una visión reduccionista y potencialmente peligrosa sobre todo para
niños y sectores vulnerables, con problemas de inseguridad alimentaria. En
cambio, expone que no hay investigaciones que demuestren una relación directa
entre el consumo de carne roja y la incidencia de enfermedades, siendo la carne
una excelente fuente de los principales nutrientes que se encuentran más
comúnmente en déficit en las dietas en el mundo. Así, el consumo de carne
podría aumentar el status nutricional de las personas y mitigar los problemas
de inseguridad alimentaria. Finalmente, Diana acusa a la industria de los ultra-procesados
de ser la principal beneficiariia de estos discursos y promueve una visión
general de los factores que inciden en la salud humana.
En cuanto a las crecientes
preocupaciones de la incidencia de la producción bovina en las emisiones de
carbono y huella hídrica, Diana explica los beneficios de modelos basados en
pasturas, pudiendo lograrse ecosistema más sustentable con menos consumo de
insumos y más absorción de lluvias respecto a modelos de agricultura
exaccionistas. Por otro lado, critica las nuevas políticas que apuntan a
reducir la producción y consumo de carne en base a argumentos que dejan de lado
los beneficios ambientales del ganado y aspectos fundamentales como la salud
del suelo, biodiversidad, economías regionales y sustentos rurales.
“La producción de carne puede
aprovechar tierras no cultivables para la producción de alimentos excelentes
nutricionalmente, usando baja cantidad de insumos, a la vez que aumenta la
captación de carbono y mejora la actividad biológica del suelo. De esta manera
el ganado es una de las mejores herramientas para mitigar el cambio ambiental”,
arrojó Diana.
Finalmente, Diana remarcó que la
carne es un alimento tradicional en la dieta humana y forma parte de cultura de
nuestro país y de lo que hace felices a los argentinos; por este motivo es
necesario lograr que las personas se sientan bien con el hecho de que pueden y
tienen que comer carne.
